Trastorno de personalidad antisocial
Las personas con este trastorno de personalidad muestran desprecio e insensibilidad por los derechos y los sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio material o gratificación personal. Característicamente, tales personas expresan sus conflictos impulsiva e irresponsablemente. Toleran mal la frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A pesar de los problemas o el daño que causan a otros por su comportamiento antisocial, típicamente no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros. Sus relaciones están llenas de deshonestidades y de engaños. La frustración y el castigo raramente potencian el cambio o la modificación de sus conductas.
Entre los síntomas se incluyen agresión hacia personas o animales, destrucción de propiedad, falsedad o robo y seria ruptura de las reglas.
Las personas con personalidad antisocial son frecuentemente proclives al alcoholismo y otras toxicomanías, a las desviaciones sexuales, a la promiscuidad y a tener problemas con la ley. Son propensas a fracasar en sus trabajos y a trasladarse de un sitio a otro. En su niñez, generalmente, fueron descuidados emocionalmente y con frecuencia sufrieron abusos físicos o malos tratos. En ocasiones provienen de familias con progenitores con rasgos antisociales. Tienen una esperanza de vida inferior a la media debido a las conductas de alto riesgo que suelen realizar. Sin embargo, esta situación tiende a disminuir o a estabilizarse con la edad.
Las personas con trastorno de personalidad antisocial con frecuencia no admiten que tienen un problema que se debería tratar. Pueden necesitar estímulo por parte de otras personas o un juez puede ordenar tratamiento.