Terapia familiar y terapia de pareja en Salamanca

Debido a la creciente demanda de personas que no quieren terminar su relación de pareja pero que no superan los problemas entre ellos y que buscan consejo profesional, es de vital importancia trabajar con un terapeuta que entienda y comprenda la complejidad que pueden presentar dos personas por separado y que mantienen o desean mantener una relación en pareja o familiar.

Es fundamental entender que dentro del concepto de la relación en pareja, hay que tener en cuenta la felicidad propia, la del otro y la preservación de la individualidad. Una relación de pareja implica respeto hacia el otro y hacia uno mismo, facilitando una relación equitativa, cuyo mantenimiento requiere un esfuerzo y voluntad.

Las situaciones que ponen en peligro la continuidad de la pareja son muchas y variadas (problemas en la comunicación, excesiva rutina, celos y desconfianza, dificultades con las familias de origen o con los hijos, relaciones sexuales extramatrimoniales, el mal reparto de las tareas domésticas o problemas en la convivencia, el excesivo trabajo, una situación económica complicada, etc.).

El que estos problemas se conviertan en foco de conflicto dependerá del grado de permisividad de los miembros de la pareja, así como de sus recursos y estrategias de afrontamiento. Muchas parejas ante cualquier situación caen rápidamente en la descalificación, en la agresión, en el mutismo o la indiferencia, y así se va generando un círculo vicioso de rencor en el que se responde a respuestas negativas con respuestas negativas entrando en un proceso de escalada y de pérdida de contacto relacional.

Únicamente el diálogo puede salvar una relación deteriorada, pero cuando los canales de comunicación están cerrados se precisa de ayuda externa para abrirlos y entrenar distintas habilidades de resolución de problemas. Y es aquí donde entraría en juego la terapia de pareja. El psicólogo analizará con detalle los conflictos cotidianos que han dado lugar a la ruptura de la relación, el cómo aparecen y por qué se mantienen. Una vez identificados estos elementos ponpondrá su plan de intervención.

En el complejo proceso de reorganizar una pareja, aprenderemos a utilizar técnicas de aumento de la reciprocidad, técnicas de comunicación para aprender a escuchar y expresar de sentimientos de forma adecuada, técnicas de negociación y de resolución de conflictos, así como la prevención de recaídas.

En el caso del proceso de separación o divorcio, o de otros problemas familiares, se intervendrá en la mediación familiar y en la construcción de un espacio cooperativo para que el proceso sea lo menos conflictivo y más saludable para todas las partes afectadas.

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