Procesos de duelo y elaboración de pérdidas
El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Podemos pasar por experiencias de duelo en pérdidas de seres queridos, por fallecimiento, enfermedades, rupturas, discapacidad, etc., pero también ante la pérdida de un empleo, o cualquier situación que implique una renuncia y una dificultad para asimilarla.
Sin embargo, solemos referirnos al duelo como el proceso adaptativo necesario a nivel psicológico después del fallecimiento de un ser querido.
Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación. El proceso de elaboración del duelo consta de varias etapas.
Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los siguientes:
- el tipo de relación afectiva con el fallecido
- duración de la enfermedad y proceso
- grado de parentesco o intimidad de la relación
- carácter de la pérdida
- grado de dependencia
- soporte social
- ideas religiosas o filosóficas o espirituales
- presencia o no de otras experiencias de duelo
A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que la persona tuviera con el fallecido.
El duelo no es una enfermedad, aunque puede llegar a serlo si su elaboración no es correcta. El apoyo psicológico puede ser fundamental de cara a evitar complicaciones en la elaboración psicológica de la pérdida y especialmente en situaciones de duelo bloqueado, en las que ocurre una negación a la realidad de la pérdida y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos, cognitivos o relacionales, con síntomas o conductas de riesgo sostenidas en el tiempo y de negativas para la salud dentro de un contexto de pérdida, o duelo patológico, en los que la persistencia o intensidad de los síntomas ha llevado a alguno o varios de los miembros de la familia a detener la vida laboral, social, académica, etc.