Dificultades en la autoestima de los niños y adolescentes
Una autoestima sana es esencial para podernos adaptar desde el bienestar emocional a los desafíos de la vida. Los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas, tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, tienen un concepto positivo de sí mismos, siendo conscientes de sus limitaciones.
Por el contrario, para los niños con baja autoestima, los desafíos pueden ser fuentes importantes de ansiedad y frustración. Los niños que tienen una baja opinión de ellos mismos tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Si tienen pensamientos autocríticos como "no soy suficientemente bueno" o "no puedo hacer nada bien", pueden volverse pasivos, retraídos y deprimidos. Cuando tienen que hacer frente a un nuevo reto, su respuesta inmediata es "no puedo".
La autoestima fluctúa a medida que los niños crecen. Con frecuencia cambia y se reajusta, afectada por las experiencias y las nuevas percepciones del niño. Por eso es útil ser consciente de los signos de autoestima sana o no sana.
Es posible que los niños con baja autoestima no quieran probar cosas nuevas, y a menudo pueden hablar de ellos mismos de manera negativa. "Soy tonto", "Nunca aprenderé cómo hacer esto" o "¿Qué más da? No le importo a nadie". Pueden mostrar baja tolerancia a la frustración, rendirse fácilmente o esperar que otro haga las cosas por ellos. Tienden a ser excesivamente críticos y a decepcionarse fácilmente con ellos mismos. Los niños con baja autoestima ven los reveses como situaciones intolerables y permanentes y en ellos predomina un sentimiento de pesimismo.
Si sospecha que su hijo tiene baja autoestima, considere solicitar ayuda profesional. Los psicólogos infantiles pueden ayudar a descubrir qué problema puede estar impidiendo que su hijo se sienta bien consigo mismo. La terapia puede ayudar a los niños a aprender a verse a ellos mismos y al mundo de manera más positiva. Con un poco de ayuda, los niños pueden desarrollar una autoestima sana para tener una vida más feliz y plena.
Vea autoestima en adultos para ampliar información.