Trastorno de personalidad paranoide
Las personas con trastorno de personalidad paranoide proyectan sus propios conflictos y hostilidades hacia otros. Son generalmente frías y distantes en sus relaciones. Tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos triviales, inocentes o incluso positivos de otras personas y reaccionan con suspicacia a los cambios en las situaciones. A menudo, las suspicacias conducen a conductas agresivas o al rechazo por parte de los demás.
Las personas que tienen una personalidad paranoide frecuentemente intentan acciones legales contra otros, especialmente si se sienten indignados con razón. Son incapaces de ver su propio papel dentro de un conflicto. Aunque suelen trabajar en relativo aislamiento, pueden ser altamente eficientes y concienzudos.
A veces las personas que ya se sienten alienadas a causa de un defecto o una minusvalía (como la sordera) son más vulnerables a desarrollar ideas paranoides, pero esto no implica necesariamente la presencia de un trastorno.
Las personas con un trastorno de personalidad paranoide son altamente recelosas de los demás y como resultado limitan su vida social de manera drástica. Con frecuencia sienten que están en peligro y buscan evidencia para apoyar sus sospechas. Las personas con este trastorno tienen dificultad para ver que su desconfianza es desproporcionada para su entorno.
Los síntomas comunes abarcan:
- Preocupación porque los demás tienen motivos ocultos
- Expectativa de que serán explotados (usados) por otros
- Incapacidad para trabajar junto con otros
- Aislamiento social
- Desapego
- Hostilidad
El tratamiento es difícil debido a que las personas que padecen este trastorno a menudo sienten extrema desconfianza de los médicos. Si el tratamiento se acepta, la psicoterapia con frecuencia puede ser efectivas.