Dificultades derivadas de un proceso de infidelidad
La infidelidad se produce cuando un miembro de la pareja rompe alguno de los acuerdos implícitos o explícitos que fundamentan el vínculo de la relación.
Toda pareja establece una serie de condiciones o normas sobre qué está bien o qué está mal, o qué es lo que pueden hacer y lo que no. Es decir, establecen unos límites. Estos límites varían enormemente en función de cada pareja: lo que para algunos podría suponer algo aceptable para otros podría ser motivo de separación.
Las consecuencias de una infidelidad pueden ser devastadoras y las personas que la padecen pueden sufrir un choque emocional muy fuerte y doloroso. La traición trunca la confianza entre los miembros de la pareja, provocando un inmenso dolor en la persona traicionada, además de experimentar la pérdida de autoestima, humillación, sentimientos de impotencia y rencor. A menudo, la herida que produce la infidelidad es tan profunda que empieza una guerra sin un final previsible, a excepción del sufrimiento de todos los miembros de la familia.
El objetivo del psicólogo es ayudar a reparar las relaciones vinculares de la pareja o ayudar a que ésta se separe sin agresiones jurídicas ni intentos de destrucción de ninguna de las partes.