Habilidades sociales en los niños y adolescentes
Numerosas investigaciones dan buena cuenta de la relación directa entre las competencias sociales en la infancia y el posterior funcionamiento social, académico y psicológico.
Desenvolverse en la sociedad actual requiere del desarrollo temprano de una serie de habilidades de comunicación, interacción y lectura de diferentes claves sociales para poder sobrevivir emocional y laboralmente en la etapa adulta, quizás nunca como antes, a pesar de los avances tecnológicos.
Muchos de nuestros niños, por diferentes razones, puede que no dispongan de unos recursos mínimos para desarrollarse adecuadamente en este aspecto. Las consecuencias pueden ser aislamiento social, rechazo, a veces agresividad, y, en definitiva, un desarrollo menos feliz y limitado en sus posibilidades de crecimiento.
La falta de habilidad social puede ser especialmente doloroso en la adolescencia cuando la relación con los iguales y la transición a la vida adulta supone nuevas exigencias y retos comunicativos.
La investigación sugiere que con la edad no mejora la falta de competencia social de muchos niños. Los déficits en habilidades sociales se han relacionado con problemas de autoestima, con un locus de control externo y con la depresión.
Por su parte, la relación con los compañeros, la aceptación y popularidad parecen jugar un importante papel en la socialización infantil. Las habilidades sociales proporcionan a los niños un medio a través del cual pueden dar y recibir recompensas sociales positivas, las cuales, a su vez, conducen a un incremento de la implicación social, generando más interacciones positivas, mejor calidad en las relaciones y un mayor nivel de bienestar.
Los psicólogos pueden ayudar tanto niños como adultos a la hora de desarrollar este tipo de habilidades para optimizar un proceso de desarrollo saludable a nivel psicosocial que garantice una buena autoestima y habilidades de afrontamiento eficaces.
Vea habilidades sociales en adultos para ampliar información.