Esquizofrenia y brotes psicóticos
La esquizofrenia es un trastorno crónico, severo e incapacitante que afecta al 1% de las personas. Muchas veces, las personas con este trastorno escuchan voces que otros no escuchan o piensan que los demás pueden leer su mente, controlar sus pensamientos o confabular para hacerles daño. Esto puede aterrorizarlas y convertirlas en personas retraídas y fácilmente irritables. Las personas con esquizofrenia pueden hablar en discursos carentes de sentido, pueden sentarse durante horas sin moverse ni hablar e incluso puede parecer que se sienten perfectamente bien hasta que expresan lo que verdaderamente están pensando. Muchas personas que sufren esta enfermedad tienen dificultad para conservar un trabajo o cuidar de sí mismas, lo que las hace depender de los demás. Los tratamientos ayudan a aliviar muchos síntomas de la esquizofrenia, pero en la mayoría de los casos las personas tienen que lidiar con ellos a lo largo de toda la vida. No obstante, muchas personas con esquizofrenia pueden llevar una vida gratificante y significativa en la comunidad.
Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en tres tipos; positivos, negativos y cognitivos. Los síntomas positivos son comportamientos psicóticos que no se ven en personas sanas. Las personas con síntomas positivos frecuentemente pierden contacto con la realidad. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, a veces son intensos y otras veces casi imperceptibles; dependiendo si el individuo está recibiendo tratamiento o no. Los síntomas positivos incluyen las alucinaciones, los delirios, el pensamiento desorganizado y los trastornos del movimiento. Las alucinaciones son cosas que una persona puede ver, escuchar, oler o sentir y que nadie más puede verlas, escucharlas, olerlas o sentirlas. Las voces son el tipo de alucinación más común relacionado con la esquizofrenia. Los delirios son creencias falsas que no forman parte de la cultura de la persona. La persona cree en los delirios incluso después de que otras personas le demuestran que no son reales ni lógicos. Las personas con esquizofrenia pueden tener delirios que parecen extraños, como creer que los vecinos pueden controlar su comportamiento mediante ondas magnéticas. También pueden creer que las personas que aparecen en televisión les están enviando mensajes especiales o que las emisoras de radio están transmitiendo sus pensamientos en voz alta para los demás. A veces piensan que son otra persona, como una figura histórica famosa. Estas personas también pueden tener delirios paranoicos y creer que los demás intentan hacerles daño, engañándolas, acosándolas, envenenándolas, espiándolas o confabulándose contra ellas o contra quienes las rodean. Estas creencias se denominan delirios de persecución. Los trastornos del pensamiento son maneras inusuales o disfuncionales de pensar. Una forma de este trastorno es el pensamiento desorganizado, que se da cuando una persona tiene dificultad para organizar sus pensamientos o conectarlos en una secuencia lógica. En estos casos, las personas con esquizofrenia a veces hablan de una manera confusa que es difícil de entender. Los trastornos del movimiento se pueden manifestar como movimientos agitados del cuerpo. Una persona con este tipo de trastorno puede repetir ciertos movimientos una y otra vez. En el otro extremo, una persona puede volverse catatónica. La catatonía es un estado en el que la persona no se mueve ni habla con los demás.
Los síntomas negativos se asocian con la interrupción de las emociones y los comportamientos normales. Estos síntomas son más difíciles de reconocer como parte de este trastorno, ya que muchas veces se confunden con los de la depresión u otras condiciones. Estos síntomas incluyen:
- Afecto plano (la persona no mueve el rostro o habla con una voz desanimada y monótona)
- Falta de satisfacción en la vida diaria
- Falta de habilidad para iniciar y mantener actividades planificadas
- Falta de comunicación, incluso cuando la persona se ve forzada a interactuar
Los síntomas cognitivos son más sutiles. Al igual que los síntomas negativos, estos síntomas son difíciles de reconocer como parte de este trastorno. Con frecuencia, sólo se detectan cuando se realizan pruebas por otras razones. Estos síntomas incluyen:
- Habilidad para comprender información y utilizarla para tomar decisiones deficiente
- Problemas para concentrarse o prestar atención
- Problemas con la memoria de trabajo
La esquizofrenia afecta a hombres y mujeres por igual. Se da en índices similares en todos los grupos étnicos alrededor del mundo. Los síntomas como las alucinaciones y los delirios generalmente comienzan entre los 16 y los 30 años. Los hombres tienden a experimentar los síntomas un poco antes que las mujeres.
Generalmente, las personas con esquizofrenia no son violentas. Aunque es pequeño el riesgo de violencia entre las personas que padecen esquizofrenia, el intento de suicidio es mucho más frecuente que en la población general.
Los tratamiento psicológico pueden ayudar a las personas con esquizofrenia que ya están estabilizadas con medicamentos antipsicóticos. Estos tratamientos ayudan a las personas a afrontar los desafíos diarios de la enfermedad, como dificultad con la comunicación, el cuidado personal, el trabajo y las relaciones con los demás. Aprender y usar mecanismos para hacer frente a estos problemas les permite a las personas con esquizofrenia socializarse y asistir a la escuela y al trabajo. Los pacientes que reciben tratamiento psicológico de forma regular tienen más probabilidades de continuar con los medicamentos y menos probabilidades de sufrir recaídas o terminar hospitalizados. Un terapeuta puede ser esencial de cara a comprender mejor la enfermedad y a adaptarse a vivir con la misma.
Las personas que padecen esquizofrenia pueden cumplir un papel importante en el manejo de su propia enfermedad. Una vez que los pacientes aprenden hechos básicos acerca de la esquizofrenia y su tratamiento, pueden tomar decisiones informadas acerca de su cuidado. Si saben detectar en forma temprana los indicios de una recaída y tienen un plan de cómo responder a tal situación, los pacientes pueden aprender a prevenirla. Además, los pacientes también pueden lidiar con los síntomas persistentes utilizando su capacidad de afrontamiento.
La terapia cognitivo-conductual es un tipo de psicoterapia que se concentra en el pensamiento y la conducta, y ayuda a los pacientes con los síntomas que no desaparecen incluso cuando toman los medicamentos. El terapeuta enseña a las personas con esquizofrenia a comprobar la realidad de sus pensamientos y percepciones, a no escuchar sus voces y a manejar sus síntomas en general. Esta terapia también puede ayudar a disminuir la gravedad de los síntomas y el riesgo de conductas desadaptativas, para las personas o para su entorno.