2020 ha sido un año de golpes, de cambios, de parar en seco, de perder estímulos, seguridad, una sensación de control que en realidad nunca tuvimos, y lo más importante, vidas, relaciones, vínculos que no volverán pero quedarán en nosotros... ha sido un año duro, devastador, desgastante...
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Para muchos ha sido un año duro, de golpes, de crisis, de dolor... para muchos también, un año de cambios, de mover cosas dentro y de reenfocar, no para ser mejores; más bien para aprender a estar mejor... A algunos también hace tiempo que no os acompaño y una parte de mi se alegra, aunque otra os recuerda y os echa un poquito de menos... 
Quería con este post realizar una pequeña reflexión acerca de cómo cada vez nuestra sociedad elige invertir en medicalizar en vez de prevenir y tratar desde el aprendizaje de nuevas estrategias dificultades emocionales en el ámbito infantil. 
Desde Cristina Blanco Psicólogos en Salamanca consideramos importante el potenciar un uso responsable y saludable desde el plano psicológico de la tecnología, las redes sociales y el ocio cibernético que potencien los beneficios de estas herramientas sin mantener elementos de malestar emocional, ansiedad u otras dificultades. 
A menudo, justificamos nuestro estado de ánimo culpando al otro, a la situación, al momento, pero en el fondo, sentimos que no se nos considera como nos gustaría o que no somos capaces de mostrarnos tal y como somos y por consiguiente, no nos sentimos respetados. A todos nos ocurre en alguna situación.
Todas esas cosas que a las personas con adecuada tolerancia a la frustración les resultan simplemente molestas, inconvenientes o desagradables, para ellos son como verdaderas catástrofes. La manera que tienen de interpretarlo hace que les resulte muy frustrante una situación en la que las cosas no salen como ellos quieren o simplemente, han de esperar tiempo para conseguirlo. 
