Los Estilos de Comunicación y la Inteligencia Emocional I

Existen TRES ESTILOS DE COMUNICACIÓN y en cada uno destaca un comportamiento, unos pensamientos y unos sentimientos. Vamos a analizar los tres estilos de conducta a través de un ejemplo:
  • Estilo de Comunicación Inhibido, Sumiso o Pasivo
La persona con un estilo de comunicación PASIVO no defiende sus derechos e intereses personales. Respeta a los demás, pero no se cuida a sí misma.
• Son personas “sacrificadas”.
• Piensan: “lo que yo sienta no importa, importa lo que tú sientes”.
• Es necesario ser querido y aceptado por todo el mundo.
• Baja autoestima
• Culpabilidad
• Impotencia
• Ansiedad
• Incomprensión
• Frustración…
• Volumen de voz bajo, silencios, tartamudeos, muletillas…
• Mirada baja, evita el contacto ocular, manos nerviosas…
• Inseguridad en qué hacer o decir, tono vacilante.
• Quejas a terceros, Pepito no me comprende, Pepita es egoísta y se aprovecha de mí.
• Qué dice:
Quizás…, supongo…, me pregunto si podríamos…, te importaría..., realmente no es importante, no te molestes…, lo que tu digas…
• Hacen sentirse a los demás culpables o superiores.
• Pérdida de autoestima. Pobre imagen de uno mismo.
• Pérdida de aprecio de las demás personas.
• A veces hay estallidos de agresividad incontrolados. Enfados.
• Conflictos interpersonales.
• Pérdida de oportunidades.
  • Estilo de Comunicación Agresivo     

La persona con un estilo de comunicación AGRESIVO defiende los derechos e intereses personales sin tener en cuenta los de los demás. La conducta agresiva es muchas veces una defensa por sentirse vulnerables o una falta de habilidad para afrontar situaciones.
• Lo que tú pienses o sientas no me interesa, sólo importo yo.
• Si no me comporto así seré vulnerable.
• La valoración de los acontecimientos se sitúa en términos de ganar-perder.
• Piensan: “Hay gente mala que merece ser castigada” y “Es horrible que las cosas no salgan como a mí me gustaría que saliesen.
• Ansiedad.
• Soledad, sensación de incomprensión, culpa, frustración.
• Baja autoestima.
• Sensación de falta de control.
• Enfado cada vez más constante y con más personas y situaciones.
• Rechazo o huída por parte de los demás.
• Fuerzan a los demás a ser cada vez más hostiles y así justifican su agresividad.
• Conflictos interpersonales
• Culpa, frustración, pobre imagen de uno mismo.
• Volumen de voz elevado, interrumpe, utiliza insultos y amenazas.
• Contacto ocular retador, manos tensas. Mirada fija. Gestos intimidatorios.
• Suele contraatacar.
• Qué dice:
Haz…, ten cuidado…, debes estar bromeando…, si no lo haces…, no lo sabe, mal…, mensajes impersonales...

Veremos el tercer estilo y las ventajas de poder manejarlo como registro habitual en el siguiente Post. Si te has sentido identificado o deseas ampliar información, puedes consultar el apartado Psicología Clínica de mi web o contactarme.
Facebook Twitter LinkedIn Google+ Enlaces